JUNKERS W-34 FAC 407
Los primeros W-34 llegaron a Colombia en 1929 a través de la Sociedad Colombo-Alemana de Transportes Aéreos (SCADTA) con el propósito de incrementar su flota aérea y mejorar el servicio. A raíz del conflicto con Perú en 1932, el gobierno nacional dispuso el traslado de siete aeronaves a la aviación militar, donde operaron con los números 401 al 407 en misiones de transporte de pasajeros, carga, correo, evacuación, relevos, enlace y reconocimiento, para lo cual fue necesario adaptarles trenes de aterrizaje con ruedas o flotadores. Al término del conflicto, los W-34 fueron asignados a las Bases Aéreas de Tres Esquinas en Caquetá y Palanquero en Puerto Salgar.
El primer accidente fatal de estos aviones ocurrió el 28 de Julio de 1935, cuando el Junkers número 406 al mando del Teniente Germán Olano, Director General de Aviación, se estrelló en el lugar conocido como Retiro, Huila en un vuelo entre Palanquero y Tres Esquinas, causando la muerte a sus ocupantes. El 19 de febrero de 1940, el Junkers número 401 al mando del Capitán Enrique Concha, realizó el histórico vuelo sin escalas Bogotá-Lima en misión de buena voluntad, el cual tuvo una duración de 10:40 horas. La misión se efectuó para corresponder al vuelo Lima-Bogotá del comandante peruano Armando Revoredo en diciembre de 1935.
A finales de 1940, la aviación militar destinó tres de estas aeronaves al Instituto Geográfico Militar y Catastral, con el propósito de contribuir a los trabajos de levantamiento cartográfico. El 5 de febrero de 1941, el Junkers 401 al mando del Capitán Carlos Cancino y el Técnico Marco F. Cifuentes, se accidentó en inmediaciones de Guaduas, pereciendo su tripulación. Estos aviones prestaron extensos servicios a la Fuerza Aérea Colombiana hasta 1952 y en la actualidad se exhibe una aeronave, el FAC 407 en el parque aeronáutico del Museo Aeroespacial Fuerza Aérea Colombiana, siendo preservada por el Comando Aéreo de Transporte Militar, CATAM.