CALIMA T-90
En mayo de 2017, el campo de paradas de la Escuela Militar de Aviación Marco Fidel Suárez, EMAVI, fue escenario de la ceremonia del sueño tangible que nació nueve años atrás, cuando se decidió fortalecer el área de intrucción en la Escuela. la solución más sencilla era importar aviones, pero la oportunidad histórica de innovación por parte de la Fuerza Aérea llevó a apostar por primera vez a la fabricación de una aeronave con industria aeronáutica nacional y así ponerse a la altura de Brasil y Chile.
Este proyecto fue llevado a cabo por 25 militares y un centenar de civiles, en su mayoría jovemes entre lo 19 y 25 años del Comando Aéreo de Mantenimiento y la Corporación de la industria Aeronáutica Colombiana, Así como los destellos amarillos y naranjas, característicos de las piezas de oro de los indígenas Calima, inspiraron su nombre, los pilotos militares surcan los cielos a bordo de este entrenador que soporta en sus alas la sabiduría, el conocimiento, el dicernimiento y la prudencia de la Fuerza Aérea Colombiana.