Teniente Fray Gustavo Ramírez Barreto
Nació en Cajicá departamento de Cundinamarca en el año de 1929, los amigos del colegio lo recuerdan como una persona de temperamento tranquilo. Cuentan que desde estudiante, mostraba un especial interés por la suerte de los menos favorecidos, actitud poco común en los jóvenes de su edad. Dicen también que no se le veía apego a lo material, por el contrario, se desprendía fácilmente de sus propias cosas, para ofrecerlas a personas que las podían necesitar.
Ese compromiso con la gente de escasos recursos, que quiso llevar hasta su propio entorno social, culminaría en lo que fue su proyecto de vida. Desde muy joven tomó la decisión de vincularse a la comunidad de los sacerdotes Franciscanos, orden religiosa que entre sus normas internas, contempla vivir en la pobreza.
Para realiza su otro sueño, el de volar aparénteme incompatible con el sacerdocio, aunque también tiene que ver con el cielo.
En el mes de septiembre de 1958, fecha en que se celebraron las bodas de plata de la Escuela Militar de Aviación, se llevó a cabo la graduación del curso número treinta y dos. En solemne ceremonia le fueron impuestas las alas de piloto honorario a Fray Gustavo Ramírez. Ese mismo día fue designado capellán del instituto, cargo que desempeñó por espacio de seis años.
En Septiembre de 1961, se produjo su ascenso a capellán general de la Fuerza Aérea, por lo que tuvo que fijar su residencia en Bogotá. Dos años más tarde al escalafonarse como Teniente piloto le fue impuesta la condecoración Cruz del Mérito Antonio Ricaurte.
El nuevo cargo le implicaba un esfuerzo mayor, tendría que dirigir todas las capellanías de la Fuerza y al mismo tiempo estar pendiente de las obras de construcción que en el campo religioso se llevaban a cabo, entre ellas la capilla del Comando Aéreo de Transportes en Eldorado. En ese lapso que se prolongó hasta 1971, adelantó el curso de Piloto Comandante de C-47 y de copiloto de C-54, en los dos aviones, logró acumular un buen número de horas de vuelo.
En febrero de 1971, cuando recién había cumplido cuarenta años de edad, el padre Ramírez perdió la vida en un fatal accidente ocurrido en el cerro la Judía cerca de Bucaramanga. Comandaba un C-47 de la Fuerza Aérea, donde perecieron todos sus ocupantes.
